El problema
Al comparar el mapa de la población evangélica con el de los menos evangelizados, es evidente que la mayoría de los evangélicos, especialmente los que viven en las Américas, jamás tendrá contacto directo con la mayoría de la población menos evangelizada. Estos dos grupos viven aislados en mundos muy distintos, separados por barreras de geografía, religión, cultura e idioma.
La estrategia principal
Es verdad que los creyentes en áreas como las Américas sí se encuentran con un pequeño número de los menos evangelizados, gente que ha saltado estas barreras para llegar al contexto de estos creyentes (debido a buscar una educación internacional, extender su negocio, huir adversas condiciones de vida, etc.). Hay que aprovechar estos contactos al máximo para compartir el evangelio. Sin embargo, las iglesias nunca deben contar con esto como su estrategia principal para llegar a esta población perdida. La gran comisión es clara: las iglesias deben ir a compartir el evangelio. Esta tiene que ser su estrategia principal.
La solución
La solución se encuentra en el envío de misioneros evangélicos transculturales. Ellos son los embajadores de sus iglesias enviadoras. Y en la persona de su embajador(a), estas iglesias cruzan las barreras y llevan el evangelio directamente a una población que, si no fuera por estos embajadores, continuaría siendo un grupo aislado, inalcanzable.
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